domingo, 22 de octubre de 2006

El Licenciado Adulón

Tras algunas semanas de infructuosas gestiones ante el Servicio Consular, no consigo ser restituido en mi cargo de cónsul de carrera en Zamboanga, desde que fui nombrado y luego depuesto sin enterarme de lo uno ni de lo otro (véase "Un Colega en Problemas").

Recibo una carta de mi recordado amigo paceño, el licenciado Adulón Algañaraz, proponiendo nuevos negocios. Cuando lo conocí, ya había trabajado, aseguraba, como investigador del Instituto de Altos Estudios Económicos de la Universidad de Nanterre, institución que le encomendó, decía, un estudio de campo en Ascención, pequeña localidad boliviana poblada por los indios guarayos, conocida porque la mayor parte de su territorio provincial está en manos de grandes propietarios, muchos de ellos ex funcionarios de diversos organismos estatales encargados precisamente de la reforma agraria; Ascención de Guarayos es su nombre oficial. En aquella época ya me desempeñaba en Zamboanga y el licenciado me invitó a integrarme a su "equipo multidisciplinario" para llevar el bienestar a los habitantes originarios de Ascención.
Aproveché mis vacaciones y nos reunimos, a invitación suya, en un modesto aunque sabroso mesón de Santa Cruz de la Sierra.
-Es muy fácil, hermano -me decía-,
armamos una ONG, conseguimos platas en Francia y empezamos a funcionar.
-A funcionar en qué?
-
Bueno, esta ONG nos contrata y el proyecto puede durar por lo menos un par de años.
-Sí, pero, cuál es el proyecto?
-Ah... eso. Bueno, te explico. Estoy relacionado con unos amigos que son una maaaaadre en informática y ellos tienen un plano satelital de toda Bolivia, que es útil para el reordenamiento territorial y la titulación de los predios de la provincia. Entonces, estos informáticos, que son muuuy inteligentes, hermano, ya los vas a conocer, también te pueden instalar cámaras en los baños, en todas las oficinas...
-Pero, ¿qué tienen que ver las camaritas con los indios guarayos?
-
En realidad nada, hermano. Pero es un sistema muy útil, porque así evitas que un pendejo se meta al baño a aspirar cocaína...
-
Sabe, licenciado, no estoy entendiendo.
-
No, te explico, es que como tú trabajas en el servicio consular, y tus jefes seguramente estarán interesados en acabar con este flagelo de las drogas, hermano, entonces, con tu ayuda, ponemos una orden de compra y nos vamos fifty-fifty.
-No tengo grandes contactos. Pero dígame, licenciado, ¿alguien le ha comprado este servicio?
-
Cómo no, hermano. Estoy vendiendo este sistema a la embajada americana, en La Paz, porque ellos no quieren que se les llene de drogos cuando ofrecen sus recepciones y...
-No me diga que los gringos no tienen tecnología propia para hacer eso. Además... disculpe la inquietud... asumo que a Ud. le debe estar yendo muy bien...
-Por supuesto, hermano, estoy ganando mucha plata. Es más, vamos a terminar esta charla en el bar del Hotel Los Tajibos.
.........
El bar del Hotel Los Tajibos es muy agradable. Tiene vista a la piscina, instalada en su enorme patio central. Son las nueve de la noche, la temperatura no baja de treinta grados y un grupo de "Las Magníficas", conocida agencia de modelos de esta ciudad, juguetea en el agua. El licenciado y yo continuamos la charla, sin mirarnos, absortos mirando cada cual a las despreocupadas ninfas. Vistos desde la piscina, nos hubiésemos parecido a esas escenas del cine, en que ambos protagonistas conversan mirando a la cámara.
Luego de dos whiskys dobles, traen la cuenta. De inmediato, el licenciado se cubre la cara con ambas manos.
-Licenciado, ¿se siente mal?
- (sollozos)
-Licen...
-No me vas a creer, hermano, pero estoy pasando por un trance muy duro...es terrible...
-Calma, licen, que todo tiene solución.
Súbitamente, el Licenciado enjuga las lágrimas y aclara la voz:
-La verdad, hay que reconocerlo, he tenido problemas con las drogas, por eso es que he estudiado el tema, porque me fregaron con una camarita... pero hermano, quiero que sepas que ahora estoy bien.
-Si licen, por supuesto.
-Es que mi madre, que sigue viviendo en Cochabamba, está un poco enfadada con el asunto, y no me está mandando dinero...
-Ahhh, entiendo (el licenciado es, digamos, más que mayor de edad).
-Yo te he invitado esta noche, hermano.... y, por la amistad que nos une, y no lo tomes a mal, porque yo sé que no lo vas a tomar a mal... yo sólo necesito que me prestes unos 100 dólares, ¿será posible?
-Cómo no, licen.
(Continuará).

12 comentarios:

Eulalia dijo...

Conozco Santa Cruz, conozco el mundo de las ONG...
¿De dónde saca usted la gracia para poner cada cosa en su lugar?
A este amigo suyo me parece haberlo visto en carne y hueso paseando por esa contradictoria ciudad.
Un beso.

Eleuterio Gálvez, el cónsul temerario dijo...

Así es Eulalia, Santa Cruz es contradictoria, con sus indios, cambas, collas, la tensión regionalista, la fama de sus mujeres, etc. Tuve el placer de conocer la ciudad, pero ésta me "desconoció" como decimos acá; es decir, que me dio un poquitín vuelta la espalda. Ya abundaremos en el tema.
Te recuerdo que estás autorizada para tutearme y yo...¿lo estoy?
Un beso
Eleuterio.

Anónimo dijo...

Mi querido y cosmopolita Gálvez: Héme aquí negociando una licencia consular para el puerto de Quintero, tierra de ciegos y tuertos. Entretanto, siempre disfrutando de sus relatos y, como Eulalia, aprovechando el almuerzo para degustar sus sabrosas líneas.
Que Pessoa lo ampare
Oliveira

Anónimo dijo...

Mi querido amigo: Como la noche se prestaba para fatalidades, al salir de un café me encontré a bocajarro con Donders, el del pariente santo. Ud. debe saber ahora que frente a él todo hombre puede ser un ganador, incluso s.s.s .Como podría decir la distinguida Eulalia, " ese tío es un gaffe". Al despedirnos me dijo, " oye Oliveira, échale una miradita a lo de Solís, se llama "El bar de los Tuertos" ( o será muertos?).
Yo ya la eché y no puedo decir nada más que si el tal Solís es amigo de Donders debe ser un perfecto perdedor.
Por señas : http://labandadelostuertos.blogspot.com/
Su amigo, aún
Fernando Oliveira
PD: El asunto del consulado en Quintero va bien, apenas me faltan unos quinientos Euros.

Eleuterio Gálvez, el cónsul temerario dijo...

Sr. Oliveira:
Le eché una miradita a lo de Solís y me surje una idea. Pídale a Donders que intermedie para que Solís le preste su indemnización, que se dice aún (casi) intacta y financie con ello su aventura consular en Quintero. Creo que si Ud. formula un correcto plan de negocios, por ejemplo unas mil quinientas declaraciones juradas a la semana, podrá rescatar la inversión en un año y, luego será sólo disfrutar de la regalada vida de los cónsules de balneario. Hágame caso. Inténtelo y luego me cuenta.

Anónimo dijo...

Querido Cónsul ( o ya no?): Mucho me habría gustado haberle echado mano a lo de Solís, pero el tipo es un lince pues dizque que su mujer le ha incautado su patrimonio. Para más señas, echele una miradita a su blog el día de mañana, hora de Chile continental.
Suerte y cuidado con el malhadado Licenciado que podría ser canulado.
Oliveira cacofónico

Eulalia dijo...

Mis queridos ambos dos,
siento que me estoy metiendo en un pantanal del que tampoco estoy segura de querer salir, pero procedo a contestar:
por supuesto que accedo a lo del tuteo, es solo que se me va la costumbre de tratar a la gente con cargo como manda la tradición.
De otro lado, nadie para mí es suplente de nadie, Oliveira; intuyo que eres persona de gran sensibilidad y muchas dificultades para salir adelante en este mundo cruel y globalizado; estaré encantada de recibirte en mi blog siempre que lo desees.
Un beso para cada.

Anónimo dijo...

Excelentísimo señor Don Cónsulte-merario:Lo vi pasar ayer por donde lo de la entrañable Eulalia, pero no anda al parecer usted por sus pagos, debido, seguramente a que sus múltiples funciones para-diplomáticas ( por el momento) lo tienen ocupado. No me ha ido de perlas con los fondos para mi licencia, sin embargo me he insertado en la dinámica de las organizaciones sociales del puerto de Quintero y héme aquí coordinando una colecta de ladrillos para la sala de Odontología del Hospital de la ciudad. A decir verdad, he colectado más ladrillos que euros.
Algo es algo.
Se le saluda
Oliveira

Solis dijo...

Señor Cónsul: No me joda usted, que no soy el pusilánime de Oliveira. El Obtener algunos etipendios a partir de la idea de acompañar cortejos fue, como decirlo, un designio de un dios minísculo pero juguetón, valga la redundancia redundante ( con cariño un guiño modelo Torrente para Eulalia). Aguántese á la próxima entrega que cuando le describa a Bernales usted se va acordar de su juventud, si es que la tuvo.
Ni atento ni agradecido
Solís.

Valeria dijo...

Descubrí este sitio por casualidad, y pasé un buen rato leyendo por aquí...
Espero la continuación.
Un saludo.

Roxi dijo...

Distinguidísimo Cónsul Temerario, muy agradecida de su ilustre visita en mi blog. Vine a conocer su espacio y me encuentro con esta extraña historia que medejó de lo más intrigada, a ver cómo sigue. Espero que le restituyan su cargo, y que no se reúna muy seguido con ese fresco amigo abogado,o si no va a salir para atrás.
¿Sabe?, su relato tiene un poco la atmósfera de Naked Lunch de William Burroughs, pero menos exagerado. Cuídese de su amigo el abogado, hay que desconfiar de los aduladores.
Saludos!

Eleuterio Gálvez, el cónsul temerario dijo...

Valeria:
Accediendo a sus deseos, la historia prosigue. Espero pase un buen rato leyendo, que procuraré lo defraudarla. Voy a echarle un vistazo a su blog.
Atsmo.,
Eleuterio.

Roxie:
Puedo prometerle que, aunque no me restituyan en mi cargo, sabré cumplir con este propósito: escribir cuentecillos que agraden (no me gusta molestar, dijo Bryce).
Barrunto que debo leer a Burroughs, aunque lo de naked, dada mi conservadora formación, me ruboriza.
Suerte judicial.
Eleuterio.