domingo, 15 de marzo de 2009

La Serena Anónima

Hace como un mes fui a La Serena, a bañarme en sus playas y a comer bien o lo mejor que pudiera. Cumplí bien lo segundo y nada lo primero, porque la pereza me amarró a la piscina del hotel. Jugué en el Casino, eso sí, y la ruleta financió un memorable almuerzo con: locos (concholepas concholepas o "abalón chileno"), ostiones, salmón y un sauvignon blanc que superaba la medianía, o sea que ya no soy tan adverso al juego o por lo menos a sus efectos, cuando uno gana, se entiende.
El paseo obligado, estando en La Serena, fue al Valle del Elqui, cuya capital provincial, Vicuña, nos acogió con una banda de jazz en la plaza que debió lidiar con unos altoparlantes que anunciaban los festejos por la semana o el mes elquino o elquinense. Además de los observatorios astronómicos, se dice del valle que uno de sus grandes atractivos es el avistamiento de ovnis, profetas y sanadores. Bueno, yo no vi ninguno, aunque sí oí de historias de cómo el pisco local y sobretodo la cannabis sativa predisponían a estos avistamientos y ocasionales encuentros. Lo que sí vi fue a los avistadores mismos, que luego de la ingesta de algún bebestibe o fumable, en plena plaza del hermoso poblado de Pisco Elqui, dirigían la mirada al cielo y así se quedaban, postrados aunque erguidos se diría, a la espera de avistar una señal, una luz, que casi siempre correspondía a un auto que dificultosamente serpenteaba por los caminos a media falda de unos cerros inmensos.
De los profetas no encontré rastro, que no prosperan en esta época porque no corresponde al verano europeo, que es cuando arrecian los visitantes que dan sus dádivas en euros, que cuando son en moneda local no les esclarece la mente ni les hincha el espíritu lo suficiente.
En fin, el mismo día regresamos a la ciudad y más por curiosidad que por veneración, entré con mi venerable esposa a la Catedral, tan iluminada a esa hora. La financiación de los inmensos focos, nuevos y potentes, estaba referida en una plancha puesta a la entrada, que decía más o menos así:
La nueva iluminación de esta iglesia es fruto del trabajo de incontables obreros y técnicos, cuyos nombres se pierden en el anonimato; labor que no hubiese sido posible sin el aporte económico de Endesa S.A., Enersis S.A. y Chilectra S.A.