domingo, 27 de julio de 2008

Lo que todos dicen de Varadero, y lo que digo yo (Vacaciones en Cuba 3 y final)


Mi viaje a Cuba ya está añejo y aún tengo por cumplir el relato prometido sobre Varadero. De modo que aquí va.


En la ruta que va de La Habana a Varadero existen algunos merenderos que atienden a turistas y a locales dotados de divisas. La convivencia entre ambos grupos es pacífica y uno no sabe si el mulato vestido de Armani de la mesa contigua es un turista adinerado o un neo empresario local. Estos son pocos, pero se dejan ver con sus 4x4 en el barrio de Buenavista (sí, el mismo de la orquesta y de la película). Una ley cubana manda que todo vehículo estatal debe transportar gratuitamente a quien lo pida en las rutas. Esta norma es cumplida por la mayoría de los conductores cubanos, incluso cuando viajan en sus propios automóviles. Camiones y autos de la era soviética surcan con plácido letargo los caminos, un poco porque los cubanos se lo disfrutan y también porque no alcanzan gran velocidad. Así, no es difícil detenerse ante alguien con el dedo levantado. Los autos y camionetas nuevos, en cambio, corren al modo… diré “occidental”. No se detienen ni ante su madre, lo que sirve para concluir que no son vehículos de propiedad estatal. Bueno, sí vi uno que pegó un frenazo ante una agraciada jinetera, que ni siquiera había levantado el dedo.

Sería maledicente pensar, pienso y digo, que estos patrones locales tienen buenos contactos que les granjean su acceso a eso que llaman “nicho de mercado”; es decir, a uno le da por pensar cómo hace para dejar de ser mesero y convertirse en empresario de la restauración. Supongo que para informarse uno va a un ministerio, luego presenta un proyecto y éste es evaluado con garantías de total transparencia (tuve que poner esta frase para que mis colegas de derecha, o sea, mis colegas, crean ver una ironía). Hablé de esto con la encargada de un museo, de una manera espiral-parafraseada, es decir, orillando el tema para ir entrando de a poco en materia. Me dijo que los restaurantes son todos del Estado y que pagan sueldos bajos, y que quienes ostentan alto nivel de vida normalmente trabajan para empresas extranjeras. Hay que decir que Raúl anunció hace poco que los trabajadores cobrarán según cuánto produzcan, pero falta por precisar cómo se medirá aquello, porque el mesero de un hotel cinco estrellas, por ejemplo, "produce" una cena que "cuesta" diez veces más que todo un día de trabajo de un cardiólogo.

Ya me estoy alejando de lo que quería contar y además que me dije, me prometí que evitaría las críticas, pero es que... se me salen. O sea que critico un poquito, como quién dice para ambientar. En el capítulo anterior dije que les contaría de ciertos ademanes, a veces bruscos, que uno puede encontrar en las agraciadas cubanas. Y comentando sobre ello, Benjuí dijo que sí, pero que los cubanos... y puso unos puntos suspensivos que se me antojan un suspiro. Pues bien, lo que sigue se hace cargo de mi promesa y, también, de poner a un personaje varón en el relato. Decía que el mulato enfundado en Armani -que efectivamente vi- podía ser, bien un empresario local, o un turista adinerado. No sabía yo cuál era su vehículo, lo que me habría dado una pista. Estuve observándolo unos minutos y pronto sacó una Blackberry y se puso a hablar de unos contenedores, del puerto y de la aduana: era, parecía (ese afán de clasificar), un miembro del club empresarial. Pero pronto pagó su café y no se dirigió al estacionamiento a recoger un autazo, sino que sonó una breve campanada y él se colocó esa mini pantalla con teclado multifunción junto a la mejilla y pronunció "voy". Caminó hasta la carretera, seguido de la mirada de un par de turistas nórdicas que cuchicheaban y se sonreían y pronto se detuvo un taxi nuevecito, conducido por una mulata. El tipo abordó, la besó y desaparecieron, orillando el mar camino a Matanzas, parada previa a Varadero. Yo a mi turno abordé el bus que nos llevaría al hotel y... hete aquí que al llegar encuentro en el bar a: mulato y mulata sentados a una mesa pequeña con dos mojitos y un platito con maní, y a una segunda mulata algo mayor que la primera, de pie, imprecando contra los otros dos. El tipo dijo "Pero Mairilys", y Mairilys lo interrumpió con una bofetada única, pero doble, o sea que abarcó los rostros de ambos tortolitos sentados, que siguieron sentados mientras sus mejillas se inflamaban imperceptiblemente y la dama enfadada se alejaba taconeando que era un gusto, chico, regalando caderazos al aire pa' llá y pa' cá, pa' llá y pa' cá.

La parejita había incurrido en un grueso error de cálculo, según me confidenció un portero, porque Mairilys también conducía un taxi y solía estacionar frente al hotel. En efecto, podía vérsele con frecuencia al mando de su Peugeot 307. No sé o no quiero decir si esperé su turno, o si fue una casualidad, pero pocos días después pedí a ella que me llevara a un paseo por la península. El paseo fue estándar y Mairilys no quiso hablar durante todo el camino, atenta a los frecuentes llamados por radio que interrumpían a intervalos un bolero que hablaba de amores traicioneros.

10 comentarios:

Benjuí dijo...

¿Usted sabe lo que se siente cuando se encuentra con un amigo al que no veía desde hacía mucho?
Pues, eso.

(Disfruto sus historias como meriendas de cumpleaños, Cónsul).

Un beso.

Eleuterio Gálvez, el cónsul temerario dijo...

Hola Benjuí. Claro que sé lo que se siente en circunstancia tal; pero sucede que yo siempre he estado aquí, aunque no me veas. Esto de la blogósfera es así. Uno ve y no lo ven, o al revés.
Beso.

Eleuterio Gálvez, el cónsul temerario dijo...

Distinguido Sr. Rohit:

La última vez que escuché "you are fantastic" fue en Kingston, en boca de una caribeña poderosa cuyo entendimiento estaba dizque disminuido por el ron que compartíamos.
En lo que a Ud. atañe, paso de estar "in touch".

Benjuí dijo...

Platiquemos, charlemos, hablemos, debatamos, entonces.
Como hacen los amigos.

Arcángel Mirón dijo...

Yo digo la palabra "cubano" y se me hace agua la boca.

irene dijo...

Nunca estuve en Cuba, aunque a veces me parece haber paseado por Varadero, debe ser por todo lo que he visto y leído sobre esos lugares, creo que es un país que merece la pena visitar.
Estoy de acuerdo con los puntos suspensivos de Benjuí, los cubanos son, en general, mozos apuestos y guapetones.
Por lo que veo Mairilys tiene un fuerte carácter, aunque es comprensible, duelen mucho las traiciones de amor, a veces más que una bofetada.
Un abrazo.

irene dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
irene dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
irene dijo...

Lo siento Cónsul, tripliqué el comentario, este ordenador anda un poco lento y yo soy muy impaciente. Espero no pase los mismo ahora.

irene dijo...

La queimada es una bebida típica de Galicia. Se hace con aguardiente, azúcar, corteza de limón y unos granos de café.
Se pone todo en un recipiente de barro, se toma una pequeña cantidad con un cacito y se prende fuego acercándolo al resto para quemarlo todo, cuando se ha consumido el alcohol se apaga solo y ya se puede beber, calentita, pero con cuidado para no quemarse.
Los gallegos la asocian a las brujas, mientras se quema hacen un conjuro para echar fuera todos los males y para que los espíritus de los amigos que están fuera, participen con ellos de esa queimada. Son tradiciones.
Es una bebida dulce y caliente, está muy buena.